David y Gine Shearlaw conocidos del programa ‘Me voy’ frente a su casa en Aspe (Alicante)
El mercado inmobiliario español también busca con urgencia una vacuna
Cada año, en la televisión y en los periódicos, vemos que la gente cae en problemas al comprar una casa en España. Esto ya no es noticia para la mayoría de los medios, a menos que se trate de compra de una casa de cartón, como la de Gine y David Shearlaw del popular programa holandesa ‘Me voy’, o el caso de Helen y Len Prior, en el que Len, literalmente, se colapsa frente a su casa en Andalucía, al ver como la derribaba una topadora del propio Ajuntamiento. El sufrimiento personal “puntúa” a la hora de salir en la prensa para denunciar el problema, pero seguramente hubiéramos preferido conocer las causas del problema antes de “comprarlo”. El mercado inmobiliario español está enfermo y, para algunos, nadie debería saberlo.
Estos ejemplos se refieren a holandeses e ingleses, pero bien podrían haber sido españoles, belgas, alemanes, franceses o escandinavos. Es cierto que este artículo es largo, pero vale la pena leerlo si está buscando o es propietario de una casa en España. No es una historia sencilla sobre la miseria de otras personas, sino un problema profundamente arraigado que causa muchas más víctimas de las que recibimos a través de los medios y que nunca salen a la luz. Esto podría ser más un campo para los periodistas de investigación al denunciar injusticias y fraude, pero debe ser también nuestro deber como comunidad, hacer público la dimensión de las víctimas del engaño en interés de los propietarios, sobre todo para futuros compradores.
Estábamos interesados en averiguar por qué nuestros miembros se metieron en problemas. ¿Hay similitudes por descubrir o son solo incidentes provocados por compradores ingenuos ¿Qué más hay en dichos incidentes? Hoy se advierte que en España se debe tener cuidado a la hora de comprar una vivienda, pero ¿por qué, cual es la finalidad o quién o quienes se benefician? Ahora conocemos las causas, las graves consecuencias y las cifras gigantescas, pero ¿las conocen también los compradores cuando firman el contrato de compra de la casa de sus sueños? ¡Abróchense los cinturones!
La triste historia de Helen y Len Prior sigue siendo relevante, dada la grande cantidad de propietarios que tienen que demoler construcciones cada año.